Las mujeres somos constantemente
bombardeadas por mensajes e imágenes que nos quieren imponer modas, estilos,
tipo de cuerpo y en ocasiones hasta formas de pensar y actuar.
Dentro del BDSM no escapamos de
esto. Diariamente podemos observar
bellas imágenes de sumisas y Amas perfectas, sin un gramo de más, sin
celulitis, altísimas, con dientes
perfectos y pies de ensueño.
Este tipo de imágenes marcan pautas
muy altas en cuanto a físicos se refiere, que poco o nada tienen que ver con la
realidad. Que sumado a innumerables vídeos en donde las sumisas y las amas se
muestran y actúan de ciertas formas y miles de sumis@s y am@s que nos tratan de
obligar, sutilmente, a portarnos de una manera estandarizada, tratan de encasillarnos,
de sujetarnos y de decirnos como debemos de vernos y comportarnos.
Ahora, si bien es cierto que buena
parte del imaginario colectivo nos presiona para portarnos y vernos de una
forma. Es realmente grave que entre las
mismas mujeres que estamos dentro del BDSM se originen comentarios de crítica
hacia como se ve una sumisa o una Ama. Una vez más queremos encasillarnos a
nosotras mismas en el "como deberían de verse".
Nos olvidamos que la mayoría de las
mujeres que entran a este mundo pasan primero con una dura conciliación consigo
mismas para aceptar estos gustos y luego para hacer realidad estas prácticas,
cosa aún más difícil si no entran en el estándar de belleza.
A lo largo de mi vida dentro del
BDSM me he encontrado con mujeres que no se atreven a ir a las reuniones de los
grupos porque son gordas, chaparras, altas, guapas y feas que piensan que "estas características", acuñadas
por ellas mismas, son indicativos de la
doma que pueden dar o lo entregadas que puedan ser y en la construcción de su
yo dentro del BDSM de pronto se encuentran perdidas por que no entran en el
estándar de lo que les dicen deben ser.
Nos encontramos entonces a las
sumisas al punto del llanto porque ya un "amo" les dijo que no son
sumisas porque no les hablan de usted o por que no se quedan calladas y
expresan sus opiniones o porque simplemente son demasiado alegres y las sumisas
no deben de ser así, o simplemente por que vieron en un video que una sumisa
gemía un aw! Aw! Aw! Y ella gime un ou! Ou! Ou!. Y es entonces cuando confundidas se comienzan
a preguntar si realmente son sumisas, las hacen dudar.
Y las chicas dominantes no se quedan
atrás, la Domina de pronto se encuentra con que debe de estar enfundada siempre
en látex y cuidado se atreva a usar jeans y tenis, porque entonces no es Ama,
debe también hablarle a los sumisos siempre con desprecio y hasta con groserías
para mostrar quien es el ama, porque si no le habla así a los sumisos no la
toman en serio.
Pareciera en ambos casos que si la
mujer sale del imaginario colectivo BDSM no es una "jugadora" sería y
por lo tanto no es acreedora a ser tomada en cuenta. Triste, pero es una
realidad que la mayoría de las mujeres que estamos en el BDSM enfrentamos
alguna vez.
Por desgracia creo que buena parte es
culpa de nosotras mismas y es una culpa que arrastramos también en la vida
vainilla, a las mujeres nos enseñan a
estar siempre dispuestas y a que debemos entrar en "el deber ser"
para que seamos buenas mujeres independientemente de que seamos amas o sumisas.
Nos olvidamos que debemos ser nosotras mismas y no construirnos basándonos en un imaginario
colectivo. Cuando nuestra construcción
debería basarse en lo que nos gusta y en lo que nos hace feliz, no en lo que
hace feliz a otros (En todos los aspectos).
Si no estamos a gusto con nosotras
mismas y sólo buscamos satisfacer lo que esperan otros de nosotros, estamos
jodidas. No llegaremos ni siquiera a
rozar un poco la felicidad.
Creo que la construcción de su
nuestro yo dentro del BDSM debe de hacerse antes de comenzar cualquier relación
y no me refiero solo a estar a gusto con nuestros propios físicos, si no a estar contentas con nuestra
persona. No deberíamos de esperar que
otra persona nos construya, porque en la misma manera que nos pueden "construir",
de la misma forma nos pueden destruir.
Si llegamos construidas a una relación BDSM, será muy difícil que
caigamos en relaciones de abuso y maltrato.
Si somos sumisas y llegamos
construidas a la relación podremos pulir nuestra persona tomando lo que más nos
convenga de las enseñanzas y guía de un Am@, pero no dejándole toda la tarea.
En ambos casos, tanto sumisas como
dominas, tenemos que entender que podemos ser alegres o solemnes, divertidas o
serías, estrictas o relajadas. Debemos
de estar seguras de cómo somos y quiénes somos y no dejar que otros nos digan cómo
debe ser nuestra Doma o sumisión.
Debemos fortalecernos, querernos, sentirnos a gusto con nosotras mismas
y construirnos y reconstruirnos las veces que sea necesario, sin olvidar que
esta búsqueda está íntimamente ligada a la confianza y al crecimiento personal
y que es nuestra tarea y no la de alguien más.
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